In Time

"In Time"

Donde el tiempo es literalmente "oro"

Esta es una película del año 2011 y con 109 minutos de duración, dirigida por Andrew Niccol, director (y también guionista) de la también futurista película de 1997, Gattaca. 

Sinopsis:

En el año 2161, el gen del envejecimiento humano ha sido desactivado, de forma que al  cumplir los veinticinco años, las personas dejan de envejecer, pero sólo tienen un año más de vida. Transcurrido ese año, mueren de un ataque cardíaco a

menos que «ganen» más  tiempo y rellenen con él sus «relojes de vida» antes de que estos lleguen a 0, que llevan la cuenta regresiva como un reloj digital en sus antebrazos izquierdos.

El tiempo de vida se ha convertido en «dinero» y es la forma con que la gente paga sus lujos y necesidades primarias. Los ricos pueden vivir eternamente en sus vidas acomodadas, mientras que el resto de los habitantes debe negociar o pedir préstamos para poder vivir el día a día (sus «relojes de vida» a lo más tienen siete días de vida). Cada persona vive en una «zona horaria» distinta, en función de su estatus social, lo que le permite vivir mejor o peor. Los pobres viven en los guetos de Dayton. Para ellos, el trabajo de cada día sirve para ganar un par de horas más de vida que también deberán utilizar para pagar las necesidades diarias (desde la comida al techo). Los ricos viven en la lujosa New Greenich y pueden vivir durante siglos o milenios en función de la cantidad de tiempo que han adquirido, o que siguen adquiriendo. Cada «zona horaria» está cercada con muros donde se cobran peajes (en tiempo)  cada vez más costosos para evitar que la gente «pobre» pueda cruzar o emigrar a lugares de niveles sociales más altos, manteniendo el "orden social".

Will Salas (Justin Timberlake) es un trabajador de una fábrica de veinticinco años (desde hace tres años) y vive con su madre de cincuenta, Rachel (Olivia Wilde), en los guetos de Dayton. Un día, Will y su mejor amigo, Borel (Johnny Galecki), visitan un bar después del trabajo, donde ven que un hombre, Henry Hamilton (Matt Bomer), que tiene más de un siglo en su reloj de vida  y hace alarde de su tiempo ante los demás, que apenas tienen un par de horas. Hamilton es atacado por Fortis (Alex Pettyfer), el jefe mafioso de setenta y cinco (veinticinco desde hace cincuenta) años de edad, perteneciente a una banda llamada «Los Minuteros», quienes roban tiempo a los demás con el uso de la fuerza para mantenerse con vida. Will le ayuda a Hamilton a escapar y lo lleva a una fábrica abandonada, donde este le dice a Will que hay tiempo suficiente para todo el mundo, pero que se ha estado guardando únicamente para que los ricos se vuelvan inmortales a costa de todas esas personas que tienen que "entregarles su tiempo". Así, además, controlan la superpoblación mundial (subiendo el costo de la vida: impuestos, servicios y alimentos, por ende la gente más humilde corre el riesgo de que su reloj se consuma y finalmente muera). Los ricos lo llaman «el sistema», y tiene que mantenerse. Hamilton afirma que nadie debe morir antes de tiempo y confiesa que ya está harto de seguir vivo, su cuerpo está bien pero su mente está cansada después de sus ciento cinco años vividos, y sólo desea que le llegue la muerte, pese a tener miles de años en el banco.

Mientras Will duerme, Hamilton le transfiere el tiempo de vida que le queda, dejándose cinco minutos. Al despertar, Will descubre el tiempo en su reloj (de un siglo) y ve a Hamilton lanzarse al río a causa del ataque cardíaco. Trata de salvarlo, pero sólo logra que una cámara de vigilancia detecte su presencia. Huye de la zona, pero la policía, los «guardianes del tiempo», dirigidos por Raymond Leon (Cillian Murphy), comienzan a perseguirlo porque creen que él mató a Hamilton para robarle su tiempo y temen que altere el sistema.

Will quiere ver a su madre para festejar su cumpleaños y le lleva de regalo un ramo de flores y un poco de tiempo que recibió de Hamilton, pero ella muere al acudir a la cita. El tiempo que le quedaba no era suficiente para llegar a pie y el chofer del autobús que debía tomar no acepta rebajarle la tarifa del transporte que acababa de subir de una a dos horas. Recordando lo que Hamilton le dijo sobre la inequidad del «sistema», Will decide vengarse. Visita a Borel y le da una década de tiempo como regalo de amistad, símbolo de sus diez años de amistad. Borel aprovecha para ir a beber a un bar. Will acude luego a la zona de los ricos, donde conoce a Phillipe Weis (Vincent Kartheiser) y a su hija de veintisiete años, Sylvia Weis (Amanda Seyfried), pero siempre con la idea de derrocar a "el sistema".

                                            Reparto:

Justin Timberlake, Amanda Seyfried, Vincent Kartheiser, Cillian Murphy, Johnny Galecki, Olivia Wilde (Leonard en The Big Bang Theory), Alex Pettyfer, Matt Bomer, Rachel Roberts, Elena Satine, Yaya DaCosta, Emma Fitzpatrick

                                           
                                               Crítica:             

• "Niccol ha diseñado una efectiva alegoría económica que podría convertirse en grito de guerra para el movimiento Occupy Wall Street (...) Puntuación: ★★½ (sobre 4)"Michael O'Sullivan: The Washington Post 

•    "La superproducción más subversiva desde 'V de Vendetta' (...) será condenada por su falta de sutileza y, de hecho, está muy lejos de ser perfecta, pero nadie podrá acusar a Niccol de no ser relevante (...) Puntuación: ★★★★ (sobre 5)" Noel Ceballos: Fotogramas 
  
  Mi crítica personal está entre las dos, veo mucha similitud con Gattaca, y es que una parte de la sociedad es considerada inferior. Pero me encanta como diseñó una sociedad tan capitalista donde SI QUE HACE FALTA "DINERO" PARA SER FELIZ, y es que el dinero es tu tiempo de vida, en mi opnión es una genialidad, pero mucha gente opnió lo mismo; producirla costó a los estudios 40 000 000 dólares americanos, pero gracias a la publicidad y a los conocidos actores principales, conseguía recaudar en taquilla 174 millones de dólares. Destacar además la trama y la tensión de los personajes que no hacen más que controlar su tiempo para mantenerse con vida y no morir.